La Diócesis de Corpus Christi se unió a los católicos del mundo entero, para celebrar el misterio central de la Fe Cristiana; la presencia real de Jesús en el Pan y en el Vino, en el Sacramento de la Eucaristía.
La presencia de Cristo Sacramentado fue conmemorada el jueves 3 de junio, en que la Catedral de Corpus Christi se vistió de fiesta para celebrar el día de su nombre, de su diócesis y de su ciudad: Corpus Christi, Cuerpo de Cristo, en si mismo el milagro de la Eucaristía.
Las puertas de la Catedral empezaron a recibir feligreses desde antes de las 11 de la mañana. Llegaba gente de todas partes, y de diferentes orígenes étnicos. Provenía, de parroquias y ciudades circunvecinas que son las que conforman la diócesis de Corpus Christi.
Dedicar un día del año para hacer una gran fiesta fue la misión de Jaime Reyna, Director de la Oficina del Ministerio Multicultural, quien por indicaciones del Obispo planeo anticipadamente y con todo detalle el ámbito de intimidad para pasar el día con Nuestro Señor.
Al dar la Bienvenida Reyna, explicó la secuencia en que ocurrirían los hechos. Primero se estableció la importancia del día con una Proclamación que la alcaldesa de la ciudad; Paulette Guajardo, presentó al Obispo Michael Mulvey, nombrando el 3 de junio de 2021 como el “Día de la Fiesta de Corpus Christi”. Un momento para la historia.
A ello le siguió la solemne Misa concelebrada por varios sacerdotes y presidida por el Obispo Mulvey, quien en su homilía, fue acercando a la gente a un entendimiento del verdadero significado del misterio sacramental y dijo: “Entender la Eucaristía, es comprender la inmensidad del amor de Dios”, como dijo San Juan; ‘El amó a los suyos y los amó hasta el final.’”
Una alegría especial se respiraba en el aire. Sonrisas y saludos por doquiera.
Se va quedando atrás el aislamiento por la pandemia y una cálida sensación de retornar a la gran familia, la familia de la Iglesia parecía sentirse en el ambiente.
“La Fiesta de Corpus Christi nos une a todos” dijo Celia Mendez a cargo de la oficina del Ministerio y Enriquecimiento de vida para personas con deseabilidades, cuyos miembros participaron interpretando la Palabra.
En la Unidad del Cuerpo de Cristo, cada parte de la Iglesia diocesana fue incorporada, así se incluyo el español y el lenguaje de señas (ASL)para sordomudos de manera que la Palabra siempre fuera comunicada.
“Todas nuestras oficinas diocesanas, escuelas católicas y parroquias de la Diócesis hacen que esta celebración sea una realidad”. “La Fiesta de Corpus Christi es el momento más apropiado para renovar nuestra fe en Dios y saber verdaderamente quienes somos, el Cuerpo de Cristo”. Dijo Jaime Reyna, coordinador del evento.
El Santísimo permaneció expuesto hasta las 6 de la tarde y durante esas cinco horas, se vivió una especie de retiro espiritual donde el tiempo parecía desaparecer de la conciencia de los feligreses. Cada hora fue acompañada de una corta lectura bíblica, que era tema de reflexión para el Sacerdote que presidia la Hora Santa, siempre acompañados por un coro diferente. Las lecturas las hicieron varios seminaristas y las reflexiones estuvieron a cargo de cinco sacerdotes retirados, quienes a través de recuerdos y meditaciones personales condujeron esas Horas Santas al encuentro intimo y profundo con El Maestro, Jesús.
“A veces las palabras del predicador nos tocan y deseamos encontrar en ellas el hilo que nos transforme. La Palabra la oración y sobre todo el alimento de Su Cuerpo y de Su Sangre, nos llaman humildemente al entendimiento del amor de Dios que nos transforma, no nada más para este momento, en este mundo sino para la eternidad” dijo el Padre José Salazar.
Del cielo calan cantaros de lluvia, razón por la cual, la procesión Eucarística tradicional se llevo a cabo en el interior de la Catedral. Así fue, como entre fanfarreas y cantos litúrgicos tradicionales, Sostenido por el Obispo Mulvey, Resguardado en una Custodia y acompañado por un cortejo de monaguillos, seminaristas, sacerdotes y diáconos, se sintió la presencia de Cristo entre los pasillos de la Catedral. Así entre Su pueblo. Los adjetivos no alcanzan para describir lo sagrado y emotivo del momento.
La ceremonia concluyo cuando el Obispo reverentemente impartió la Bendición con Jesús Sacramentado.
“Al final, como al final de la Solemne Liturgia Eucarística, solo el Amor permanecerá.” “Aún ahora, nuestras celebraciones Eucarísticas siguen transformando al mundo en la medida en que nosotros mismos, permitamos ser transformados, al convertirnos en el pan roto para otros” Dijo el Papa Francisco durante la Fiesta de Corpus Christi.