WASHINGTON—El Cardenal Timothy Dolan de Nueva York, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), dijo en una conferencia de prensa el 22 de Abril que “este es el momento” de arreglar el fallido sistema de inmigración del país.
También participaron en la conferencia de prensa el Arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, presidente del Comité sobre Migración de USCCB, y el Obispo John C. Wester de Salt Lake City, presidente del Comité de Comunicaciones de USCCB.
“Ahora es el momento de abordar este tema,” dijo el Cardenal Dolan. “En este momento hay personas que están siendo deportadas y un número desconocido de familias están siendo divididas. Seres humanos continúan muriendo en el desierto estadounidense. Este sufrimiento debe terminar.”
La Iglesia Católica tiene mucho que aportar al debate nacional sobre inmigración, dada la historia de la Iglesia como una iglesia inmigrante, “habiéndole dado la bienvenida a varias olas de inmigrantes en nuestras parroquias, programas de servicios sociales, hospitales y escuelas,” dijo el Cardenal Dolan. “Como el pastor de la arquidiócesis de quizá la ciudad con mayor presencia de inmigrantes en el mundo, yo conozco de cerca los muchos esfuerzos que ha realizado la comunidad católica en favor de los inmigrantes.”
El ofreció trabajar con los patrocinadores de la legislación sobre inmigración y otros oficiales electos para “alcanzar la legislación más compasiva posible.”
En respuesta a la propuesta de ley sobre inmigración recientemente presentada en el Senado de los Estados Unidos, el Arzobispo Gómez dijo que el camino a la ciudadanía para la población indocumentada incluida en la propuesta es bienvenido, pero ciertos requisitos “podrían dejar a muchos por fuera”. Mencionó la necesidad de recortar el tiempo requerido para obtener la ciudadanía, la creación de una fecha de cierre más generosa, y la remoción de barreras para inmigrantes de bajos ingresos como áreas para mejorar.
“Si la meta [de la legislación] es resolver el problema en una forma compasiva, entonces todos los indocumentados deberían poder participar”, dijo el Arzobispo Gómez. También citó la necesidad de preservar la unidad familiar como la base fundamental del sistema migratorio del país.
“Este es un momento importante e histórico para nuestro país y para la Iglesia,” añadió el Arzobispo Gómez. “Esperamos ver que la propuesta de ley mejore y avance, y trabajaremos para lograrlo. Las vidas de millones de seres humanos dependen de esto.”
El Obispo Wester dijo que poder calificar para estatus permanente y ciudadanía no debería estar sujeto a iniciativas de ejecución de leyes especificadas en la legislación. También advirtió que podría dar paso a la creación de una subclase permanente.
El Obispo Wester también exhortó a que el debate sobre inmigración se realice de manera “civil y respetuosa”.
“Este es un momento importante e histórico para nuestro país y para la Iglesia,” concluyó el Arzobispo Gómez. “Esperamos ver que la propuesta de ley mejore y avance, y trabajaremos para lograrlo. Las vidas de millones de seres humanos dependen de ello.”